El 12:

 

El doce es el número "mágico" que se repite en el Tribunal Supremo de España; se halla en la mesa principal del Salón de Plenos, y se repite también en una de las sobre ventanas rectangulares y molduradas del Salón de Plenos, se repite en el mosaico que hay en el suelo en el centro del Salón de Pasos Perdidos y en la propia mesa presidencial de la Sala.

Este símbolo, las tablas con los doce números que no son las tablas de la ley que Dios entregó a Moisés en el Monte Sinaí porque no contienen los diez números romanos de los diez mandamientos, como sabemos, si no doce, el doce simboliza el orden y el bien, la perfección absoluta y sobrepuesto están la balanza y la espada, símbolos de la justicia

Se suele decir que los símbolos «hablan» a aquellos que pueden entenderlos y «callan» para el resto. Fueron 12 los dioses del Olimpo griego, doce los apóstoles, doce las tribus de Israel y doce los meses del año, por citar algunos ejemplos.

Las tablas, con su simbología, del Salón de Pasos Perdidos del Tribunal Supremo se complementan con los cuatro frescos de Álvaro Alcalá Galiano (discípulo de Sorolla) que figuran en el techo, entre los que destaca, en primer término, una mujer desnuda entre tules verdes flotando en el cielo, que no es otra que la verdad desnuda.

El Alto Tribunal se encuentra en el que fuera un palacio real del s. XVIII, conocido también como Palacio de las Salesas Reales, este apelativo viene por haber sido Monasterio de la Bienaventurada Virgen María de la Orden de las Monjas de San Francisco de Sales, las monjas " salesas", rodeado de un pequeño parque en el están dos estatuas una del Rey Fernando VI y otra de su mujer La reina Barbará de Braganza, que fueron los fundadores del edificio.

Entramos: el vestíbulo da acceso a las cuatro salas de vistas en las que se celebraban juicios, desde el vestíbulo se puede acceder al Claustro o patio de los naranjos.

El Salón de Pasos Perdidos. Se encuentra en la planta principal. De carácter majestuoso, cuenta con altas columnas jónicas y un techo en bóveda, en el que destacan pinturas alusivas a las virtudes de la Justicia, "la verdad", "el progreso", "la riqueza" y "el delito", realizadas por Álvaro Alcalá Galiano y accedemos al Salón de Plenos, es la Sala principal del Tribunal Supremo donde se lleva a cabo la presentación solemne del año judicial, cada 15 de septiembre presidida siempre por Su Majestad el Rey. El estrado acoge a las altas personalidades y está realzado, en su frontal, por un escudo, obra original del escultor Mariano Benlliure.

Todavía en la primera planta está la Sala Primera de lo Civil, con sobria decoración desprende nobleza y majestuosidad, paramentos tapizados se asientan sobre un zócalo de mármol, y una cornisa general de orden jónico sostiene un ático formado por recuadros con motivos semejantes a escudos, que le confieren un cierto tono heráldico y una Inmaculada del pintor barroco Claudio Coello.

Sala Segunda de lo Penal con competencias para investigar y juzgar los supuestos delitos que puedan cometer las altas autoridades y los representantes parlamentarios de la Nación.  

Sala Tercera de lo Contencioso, se ven los actos y disposiciones del Consejo de Ministros, de las Comisiones Delegadas del Gobierno y del Consejo General del Poder Judicial.

Salón de Plenillos, o Sala de Gobierno, que está integrada por los presidentes de Sala y otros cinco magistrados del Alto Tribunal. El salón está adornado con los retratos de las personalidades que en el pasado presidieron la institución.

Sala de Banderas, donde se encuentran las banderas de España, la Unión Europea, las 17 comunidades autónomas y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. La luz natural, procede de una inmensa vidriera cenital de la que cuelga una lámpara de la época.

Las majestuosas escaleras de mármol (Escalera de la reina) nos suben a la primera planta donde está situado el despacho del presidente del Tribunal Supremo tiene 40 metros cuadros y otros cuatro metros de altura. Lejos de las comodidades que uno se podría imaginar, la estancia es un pequeño museo que rezuma historia y trascendencia, con piezas de decoración únicas y de 'supremo' valor. Se llega por dos accesos diferentes uno de ellos:  'La Rotonda' (por su forma circular) es una de las salas más luminosas y lugar de recibimiento de las autoridades. Mientras el palacio fue sede educacional (112 años) esa sala era la de costura, faltaban décadas para la llegada de la luz eléctrica

Otra escalera majestuosa es la Escalera de Honor. De carácter monumental y principesco, desciende bajo los frescos del techo, con motivos referentes a las regiones de España, y desemboca en un vestíbulo presidido por dos estatuas de Lorenzo Coullaut Valera que representan a Alfonso X y a Justiniano. Hay mucho que ver y disfrutar. 

Un palacio impresionante, un monumento lleno de historia y arte que no se puede resumir en un blog pero se puede visitar (mantiene tres jornadas al año de puertas abiertas) o virtualmente. Os dejo enlaces

Bienvenidos al Tribunal Supremo – Recorre el Palacio de las Salesas, sede del Tribunal Supremo, y conoce su historiaAbre en nueva ventana

Bienvenidos al Tribunal Supremo – Hemos preparado un juego para que la visita sea más divertidaAbre en nueva ventana

Curiosidades:

En mayo de 1915 un pavoroso incendio destruyó la mayor parte del inmueble. Su origen pudo estar en el recalentamiento de la chimenea de una de las estufas, que llevaban dos días encendidas por el frío que hacía en Madrid. Solo quedó en pie la fachada y los muros maestros. Ese día en la Sala Segunda o de lo Penal, una estancia rectangular decorada con seda de damasco, mobiliario de caoba cubana y un cuadro de 'El Cristo' de Alonso Cano, se estaba celebrando una vista y un ujier interrumpió al grito: «Con la venia señor presidente, el palacio está ardiendo» y su señoría respondió: «No lo dudo, pero desde luego no con mi venia».

Bárbara de Braganza murió en 1757 y un año después, dicen que, de pena, su marido Fernando VI, ambos están enterrados en la iglesia anexa al edificio, son la única pareja de reyes que no están enterrados en el Monasterio del Escorial.

 

En el Salón de Plenos colgaba la imagen del Cristo Crucificado, que llevaba unos 40 años en sus paredes. Sin embargo, días antes de que se celebrara la vista de previo pronunciamiento por la causa del “proceso catalán”, el tribunal decidió retirarlo para restaurarlo.  No es el único regalo hecho a los catalanes por el Tribunal de Justicia, no olvidemos la ausencia del Rey a la entrega de despachos a los nuevos miembros de la carrera judicial por primera vez en más de 20 años. 

El collar de la Justicia, que se luce en actos solemnes, de oro con emblemas de la monarquía fue un regalo de Isabel de Farnesio, realizado por Pablo Cabrero y costo 15000 pesetas de la época.

 En este palacio trabajan alrededor de 400 personas, entre ellos 82 magistrados.

En este Palacio de Justicia, lleno de símbolos, se asientan las premisas básicas de imparcialidad, independencia y eficacia, aspirando a la perfección y dando a todos y cada uno lo que le corresponde, dentro de un sistema democrático, que nos conduce al progreso y la riqueza.

Pero eso no lo dicen sólo los símbolos, lo dice la historia. ¿Nos lo queremos cargar?