martes

Calle de la Montera:



Hay una calle en Madrid que se llama de la Montera, nombre de origen incierto según a que historiador leamos, dice uno que esto se debe, y no puedo discutirlo corría el siglo XV, que se llama así, de la Montera, porque habiendo en lo que hoy es la Puerta del Sol la salida a los olivares de los caños de Alcalá en los que antes de entrar en Madrid bebió Sancho IV de Castilla, al que llamaban el bravo,  y al montar a su caballo perdió su montera sin que nadie de su cortejo se diera cuenta, con el consiguiente enojo por parte del Rey. Parece que en esa calle colocaron en unas piedras las letras que decían: “Al pasar esta vereda el Rey perdió la montera”. Y también “Como Don Sancho era bravo, caminó con grande enfado”. Coplillas al estilo de los actuales Tweets.

Cuentan otros que en el siglo XVI y estando de rey Felipe II y contando Madrid con Corte del Reino, vivía en esta calle la que fuera esposa, y que quedó viuda, de un cetrero mayor del Rey, era llamado Montero de Espinosa y a la dama se la conocía por el apodo de la Montera, era guapa en demasía y provocaba en los galanes deseos de conseguirla con las consiguientes reyertas entre unos y otros pretendientes, muchas acababan en sangre, era tal el comportamiento de los varones en esa época, las disputas atraían a los alguaciles y curas en disposición de dar una extremaunción y finalmente también a la Santa Inquisición, que en un alarde de intentar que los transeúntes pasearan en Gracia de Dios se sacó un edicto apercibiendo a aquellos que “dieran ocasión a muertes violentas tras pretensiones lascivas” y una carta para la dama en cuestión, decidiendo ella ante tanta presión abandonar la Villa y Corte de Madrid no sin antes legar a la posteridad de la ciudad el nombre por el que hoy día es conocida la calle de sus andares. Narciso Serra le dedicó a la dama unos versos:

 

«Que, si usiría viniera,

aquí de alcalde menor,

que es mucha calle, señor,

la calle de la Montera»

 

Y aun otra posible explicación, en el libro “Los nombres de las Calles de Madrid” menciona que en esta calle y a mediados del siglo XVI vivió Juan Carlos y Francisco Lamontera, y de ahí el nombre de la calle de la Montera, recogido también por Azorín en “Leyendas y anécdotas del viejo Madrid” no he podido localizar al personaje y debería ser importante si por él una calle lleva su nombre, pensemos que antes a las calles no se les ponían los nombres de personajillos con poco recorrido, y eso sí ninguna calle de Madrid lleva el nombre de un personaje vivo, hay que morirse primero. 

De todas las explicaciones queda una más, quizá la más extendida y la más sencilla, cuando Madrid no tenía horizonte de altura skyline se decía que el horizonte que se dibujaba desde esta calle hacia las afueras parecían los picos de una montera. De ahí que se le diera este nombre cuando se inauguró la vía.
Es reseñable que los azulejos en los que está puesto el nombre de la vía estén decorados con una montera taurina y los cordones con alamares pertenecientes también al vestido de torear, la montera fue introducida a la indumentaria taurina en 1835 por el torero Francisco Montes, «Paquiro»
Es una de las diez calles que confluyen en la Puerta del Sol y desde allí sube a la Gran Vía. En la esquina está Casa de Diego, fundada en 1858, comercio dedicado a la venta de abanicos y paraguas y al final, en el número 47, desde 1981 encontramos el primer McDonald´s de España es peculiar por su decoración y cristaleras y ocupa el lugar que ocupó la prestigiosa joyería Aleixandre. El edificio merece capitulo aparte, la propiedad es una comunidad religiosa extranjera y si indagamos mas hasta llegamos a descubrir su historia.

Pero uno de los más famosos y recónditos lugares de la calle de la Montera es la “Taberna Pica Lagartos” y donde Don Ramón del Valle Inclán desarrollo una de las escenas de Luces de Bohemia. Quien vaya a Madrid que no busque la taberna, ni está ni estuvo, existió solamente en la imaginación del escritor. Sigamos con el mismo escritor y en la misma calle, profundamente interesado por el ocultismo y el esoterismo Valle Inclán no pudo adivinar que en el lugar donde situó dicha escena, concretamente en el número 10-12 de la misma calle, se fundaría años más tarde el Centro de Estudios y Divulgación Espiritista.

A finales del XIX diferentes asociaciones de este estilo irrumpieron con fuerza, en el actual número 24 tuvo su sede desde el año 1854 hasta 1884 el Ateneo Científico Literario y Artístico, por el pululaban personajes de la talla de Manuel Becerra, Amador de los Ríos y José Echegaray entre otros, lo que provocaba una audiencia tan concurrida que según se decía el tránsito por la calle se hacía imposible. Y otro dato en la calle de la Montera tuvo su sede hasta 2004 la Iglesia de la Cienciología, hasta que sus cuentas les permitieron trasladarse a una zona más noble, ahora son vecinos Ateneo Científico Literario y Artístico (Institución que merece un capítulo aparte) que también en tiempos estuvo ubicado en la calle Montera, que antaño tuvo su esplendor.

Una calle con dos incendios famosos, miembros del Frente Popular prendieron fuego a la Iglesia de San Luis Obispo que llevaba en pie desde finales del Siglo XVII y hasta el 13 de marzo 1935. Un Teniente de la Guardia Civil que vio como ardía la iglesia dio aviso a los Guardias de Asalto apostados en la Puerta del Sol, pero estos le comunicaron sus órdenes expresas de no disolver ninguna manifestación, por lo que la Iglesia ardió en su totalidad pudiendo ser únicamente salvada su fachada.
El 5 de septiembre de 1987 se declaró un incendio en el edificio que albergaba unos grandes almacenes, los Almacenes Arias el fuego los devastó y el siniestro se cobró la vida de 10 bomberos cuando se desplomo sobre ellos uno de los techos. Años antes, en enero de 1964 ya se había declarado un incendio en los mismos almacenes, y aunque afectó a todas sus plantas el fuego pudo ser sofocado.
 Un incendio con incertidumbres sin resolver.
Y no me olvido del: "crimen de la calle de la Montera" las víctimas fueron el sastre José Lafuente y Felipe Ovejero, con ejecución de los culpables y que tuvo lugar extramuros de la Puerta de Toledo el 31 de octubre de 1849 y es que es una calle corta y ancha donde la vida deambula con todo tipo de viandantes, mezclados con los turistas aquí encontramos la prostitución, muy visible, difícil de erradicar y que ocasiona algunos problemas entre las prostitutas y los puteros.

En la actualidad y desde 2009 es peatonal, podemos encontrar un Jardín Secreto, un jardín donde comer y ver desde arriba la calle, y algún vestigio de la Movida Madrileña y levantando un poco la vista (está sobre la entrada de un comercio) vemos un dibujo de una espiral acabado en una flecha, es el último recuerdo de Juan Carlos Argüello (1966-1995), «Muelle», pionero del grafiti en España. Recientemente se ha descubierto otra firma del grafitero y se está negociando con la propiedad del edificio la manera de protegerla.

Jardín Secreto

Vista del grafiti

Y detalle ampliado

La calle Montera tuvo previa y posteriormente varios nombres (San Roque, Inclusa y San Luis, la Red de San Luis, Montera, Patriota Manzanares y de nuevo Montera) todos hicieron poca mella en los vecinos y hasta en los libros.

 

 “Un día le oí a Ortega que tuvo una parienta que nunca salió de la calle de la Montera y vivió los dos ochos, la cifra ideal de un viviente alerta, sin la decadencia absoluta de la senectud que viene después de los ochenta años” Ramón Gómez de la Serna

 

 

Corregida y reeditada

lunes

Diccionario de San Fermín:

 



Ajoarriero: plato local, muy sabroso, frecuente en sanfermines (bacalao en trozos, pimiento, tomate, cebolla, ajo, aceite) y también el resto del año.
Alcohol: lo más frecuente en Sanfermines. Cava, cerveza, kalimotxo (para indígenas). Infecto vino tinto de caja o a granel (para extranjeros despistados). Usualmente en vasos de plástico, sin embargo. También sirve para arrojar a personas o sobre uno mismo (en el chupinazo -ver-; en las corridas -ver-) cuando es de calidad inferior o incluso no siéndolo.  
Alojamiento: precario, especialmente viernes, sábados, domingos. Hoteles y establecimientos, llenos y con reservas de muchos meses antes. Casas particulares, pocas. Siempre precios altísimos. Alternativas en el centro: parques (cuidado con chorizos; ver) y plazas (ídem, y cuidado con los camiones de riego). No dormir en cercanías o dentro de contenedores de basura: grave peligro. El mayor alojamiento es la Vuelta del Castillo (exteriores de la ciudadela). Miles de bellos durmientes en sus fosos.
Andasolo: quien precisamente, anda solo, esto es, solitario, en sanfermines. Extraña cosa si persiste, excepto se esté bajo efectos del alcohol o en plena resaca (ver).
Aparcamiento: casi imposible en el centro. Vaya a los aparcamientos situados en los alrededores. No deje nada en el coche, ni en interior ni a la vista. En el centro, el funcionamiento de la grúa es aleatorio. Mejor desplazarse siempre a pie.
Apartado: quedarse apartado: quedarse fuera de la fiesta (los solitarios). Más común sentido es ir al apartado (de la Plaza de toros), lo que es prestigioso acto social y los asistentes, glosados en la prensa papel, fotos con pareja incluidas.
Avalancha: no de nieve (no cae en esas fechas ni casi en estas latitudes) sino de personas, al final del recorrido del encierro con entrada, por el callejón, en la plaza de toros. El resultado es el montón y el peligro, extremo, pues los toros, bloqueada su carrera, reaccionan con agresividad. 
Ayuntamiento (de Pamplona): presunto organizador de los Sanfermines. En realidad, propone el muy reiterativo Programa de actos organizados, que es parte de las fiestas y sólo parte. 

Baños públicos: ya se sabe que en los baños (limitaciones del lenguaje) nadie se baña sino que hace otras cosas; pero en sanfermines, lugares de guarrería extrema. Evitar.
Barbis: (ver castas)
Barracas: abreviatura de barracas de la feria (atracciones de feria). No exclusivamente de público infantil, están en calle Yanguas y Miranda.
Bebida: toda; ver alcohol. No pedirla en cantidades pequeñas o variedades débiles, salvo casos extremos. 

Cajeros sin dinero: una institución; hay centenares de cajeros pero la gente tiene la absurda idea de que en Sanfermines siguen conteniendo dinero; vacíos casi siempre, resultan desastrosas consecuencias financieras para los confiados, visitantes o nativos. Que, dicho a lo breve, se quedan sin un duro. 
Caldico: (el diminutivo en -ico es muy de Pamplona pero no abuse; verá que aquí casi no usamos) : dícese de caldo caliente y reconstituyente que se toma como desayuno, o incluso a otras horas. Gran eficacia y digestibilidad y múltiples variantes, a base de berza.  
Callejón: hay uno solo en sanfermines, en la plaza de toros, finalizando ya el encierro. Al ser estrechamiento se suele producir una avalancha (ver) y aumento del peligro. 
Canciones (sanfermineras). Muy rítmicas, cantadas y bailadas, sentidas y repetidas, pero mediocre calidad, de letra en especial. Cada año se incorpora fugazmente alguna, entonces de gran venta y popularidad.  
Capilla de San Fermín: donde está la imagen del Santo. Enorme y bonita capilla adosada a una pequeña y más bien fea iglesia, la de San Lorenzo, harto menos conocida y santo éste sin arraigo en Pamplona.
Capote de San Fermín: ver ¡¡San Fermín, San Fermín!! (Grito)  
Castas (barbis): subraza humana pamplonesa caracterizada por vivir intensamente los sanfermines y todo lo pamplonés en general; sufren picores y hormigueos de piel en momentos muy pamploneses. Sientan cátedra en asuntos pamploneses. Condición generalmente hereditaria y del todo incurable, deben nacer obligadamente en el Casco Antiguo pamplonés y fuera de él, acostumbran sufrir una creciente desazón.  
Chorizos: (ver txorizos).  
Chupinazo: (ver txupinazo).
Clima (durante los Sanfermines). No suelen ser los días más cálidos del año, pero hace calor; por las noches refresca. Llueve al menos un día, en tradición no programable.  
Cohetes: aunque haya otros de igual ruido, sólo los del txupinazo (ver) y en especial, el primero, que señala el comienzo de los sanfermines. Los cohetes lanzados con el encierro de cada día tienen meramente valor informativo : el primero, que salen del corralillo; el segundo, que ya han salido todos los toros; el tercero, que llegan a la Plaza; el cuarto, que ya han entrado todos; con intervalo entre el primero y el último de unos tres minutos. Más plazo indica problemas y a veces, graves.  
Coctelera: en sanfermines, solamente una: la sección de borrachísimos, de la Cruz Roja, a una manzana de la Plaza Toros. Muy frecuentada. Algo similar, en el Hospital.  
Comida: la hay de cualquier categoría pero todavía con más altos precios que el resto del año. No recomendable en las barracas y puestos callejeros (carísima y mediocre) exceptuando bocatas en las "barracas políticas" que son soportables. Pero los Sanfermines no son fiesta gastronómica, aunque en lugares concretos se come tan bien como el resto del año, con alguna especialidad sanferminera. Ver ajoarriero; caldico.  
Convivencia en sanfermines: buena por las ganas de fiesta. Solamente tres problemas, precios, chorizos y resacas (ver), curiosamente temas los tres, muy solidarios y dados a comentar con el vecino/a con variables fines. 
Comparsa de gigantes y cabezudos, zaldikos, kilikis ... : emocionante. 
Corrida (de toros): cuando o donde se corren (torean) los toros, en la plaza. Inexplicable e inapropiada denominación, entre otras cosas porque durante ella casi nadie corre, toros incluidos; donde sí se corre es en el encierro, pero no se le llama corrida.
Diana: ni la Diosa de la caza ni tiro a diana; dícese, en plural, cuando las bandas de música van por las calles antes del encierro, para despertar a quienes querrían correrlo o al menos, verlo.  
Desayuno: o caldico (ver) como preámbulo, o directamente, chocolate con churros. En Sanfermines no tomar otro. Tradicionales: los de la calle Mañueta.
Divino: sin relación con la divinidad, es corredor del encierro, que vive todo el año por y para el encierro; lo suele correr bien aunque con pródigos codazos al prójimo para no perder foto. En general, insoportable. Se critica socialmente la aparición en publicidad en sus camisetas.
Dormir: poco. (Ver alojamiento).
Encierrillo: no un encierro más breve, sino la fase anterior, la víspera por la noche, en silencio y sin corredores ni público. Ni le decimos la hora.
Encierro (de Pamplona). Caso de duda, mejor abstenerse. Verlo, mejor en televisión (o en buenos balcones; muchos se alquilan). Correrlo, en buena forma física, con ropa ajustada, desde luego que sin portar mochila u otros objetos, como hacen muchos extranjeros. Su mayor problema es que sigue teniendo el mismo espacio que hace un siglo, cuando lo corrían sólo doscientas personas. Duración variable, en torno a 3 minutos.  
Entradas: pocas hay. A las corridas: misión casi imposible, aunque existe cara reventa enfrente mismo de las taquillas oficiales de la Plaza de Toros. En otros actos tampoco, pues suelen ser abiertos y por calles y plazas. Ver reventa.  
Escalera: no se sube, se canta. Es el "uno de enero, dos de febrero... seis de junio, siete de julio, ¡San Fermín!").
Extranjero: equivale a extraterrestre, sólo que no se le hace mayor caso. Abundan. Suele venir en grupos y ponerse en evidencia en su vestir, beber, bailar, y todo en general, idioma inclusive. Los hay aceptablemente sanfermineros, pero en escasa minoría. Variedad socialmente rechazada: los "pies negros".  
Fermín, san: puede que francés, no es el santo patrón de Pamplona ni del 6 al 14 de Julio está su día.  
Fotografías: se toman muchas pero repetitivas. Sólo son curiosas cuando se comparan con gran intervalo de tiempo (p.ej., entre el encierro del 1900 y del 2000 las diferencias son abismales, en atuendos y en cien veces más asistentes). Se cotizan aquellas en que el interesado está corriendo al lado de los toros. No se cotizan, por falta de mérito, cuando los toros son género manso; curiosamente, más cuando son con vaquillas. 
Fuegos artificiales: como su nombre no indica, quema en tierra y lanzamiento al aire de objetos incendiables. Espectacular. Optimo verlo: tumbarse en el césped de la Vuelta del Castillo.
Fueros, plaza de los: Donde se celebran también actos multitudinarios, frecuentemente folclóricos y musicales. No confundir con Monumento a los Fueros, situado en otro lugar. 
Guiri: ver extranjero. Mayormente anglos.
Hemingway, Ernest: escritor yanqui, al que se le acusa de popularizar entre los suyos los sanfermines. Escritor yanqui, al que se le alaba por popularizar entre los suyos los sanfermines. División de opiniones. Resultado de la primera interpretación: hay muchos de entre los suyos en sanfermines. Fugaz cita en The Sun also Rises, libro traducido inexplicablemente por Fiesta. Consta como gran bebedor y mero espectador, mayormente en posición sentado. No consta corriese el encierro, ni de muy lejos. Pesado monumento cercano a la Plaza de Toros.  
Inconsciente: quien realiza maniobras inadecuadas, singularmente en  el encierro, poniendo en peligro la vida propia o ajena. Quien no toma conciencia que, tras mucho beber, sufrirá un estado de resaca (ver). Quien no tiene conciencia de estar borracho.  
Juerga: eso.  
Kalimotxo: bebida local, mezcla de vino tinto con cola cola; fervientes partidarios y gran consumo.
Macero (del Ayuntamiento, en desfiles y procesiones). Más que por portar decorativas mazas destacan por rubia melena al viento. Se les elige entre los de muy sufrida expresión.  
Meca, la: no lo que está pensando sino el nombre popular (con ignoto origen) de la Santa Casa de Misericordia de Pamplona, potente y querida entidad benéfica que explota la Plaza de Toros en Sanfermines en beneficio de sus asilados.  
Melancolía: fatal situación en sanfermines; mejor emigrar o al menos pasarlos en el extrarradio.  
Merienda: en cualquier lugar, preferiblemente donde no el resto del año (calles, corrida de toros). Entre las 18 y las 24 horas; en la corrida, desde el tercer toro. De buen gusto social, comer algo de toro (rabos, sopa...) lo que resulta inexplicable pues sólo se matan seis toros al día, durante siete, y no dan para tantos rabos y tanta sopa y tanta carne.  
Mochilero: especie dominante entre extranjeros (ver). Recomendable contacten con la consigna especializada, antes en lateral de la Estación de Autobuses y ahora en Plaza San Francisco (no decir San Francisco de Asís, como corresponde, pues muchos nativos piensan que la plaza está dedicada a San Francisco Javier; pregunte por Plaza San Francisco a secas o no llegará nunca).  
Moral: se relaja en Sanfermines. Tome sus precauciones.  
Mozo: varón muy juerguista, de cualquier edad y condición, que se desplaza con jolgorio en grupos, especialmente de los llamados peñas (ver). Las mujeres se incorporan, pero el término equivalente, moza, no es de características simétricas.  
Música: generalmente, ruido. Muy repetitivo. Los músicos suelen ser profesionales de fuera de Pamplona, pues los nativos o están en la juerga o han emigrado.  
Nativos: incuantificable, pero hay menos, en sanfermines. Muchos huyen antes o durante; o aprecian sólo algunos días de fiesta (nunca en los más bien insoportables fines de semana). Otros muchos vuelven de donde fueron. El resto del año habitan Pamplona y comarca algo menos de 250.000 personas.
Niños: se les organiza muchos actos y festejos propios. Caso de pérdida en la multitud no se han producido más problemas que un gran susto. Vigilarlos. A los de mayor edad, también, pero con otros motivos (resaca, especialmente; ver).  
Olor a fiesta: pues mucho y malo.  
Pamplonesa, la: no se dice de mujer, más o menos nativa, sino de la Banda Municipal de Música de Pamplona, muy apreciada.  
Pamp: para los anglos, abreviatura de Pamplona o de pamplonica o de pamplonés. Diminutivo: pampie o pampy, que se supone significará lo mismo. O quizá, pamplonés bajito (alguno hay).  
Pamplonés, pamplonesa: por lo que abajo se dice, no es lo mismo que pamplonica, contra lo que piensan muchos despistados.  
Pamplonica: quien va vestido de ello; blancos camisa o camiseta y pantalón o falda en su caso, rojos pañuelo y faja; (encima de todo, una blusa, generalmente negra, es lo más y ni se imagina con txapela -boina- negra o roja, preferible). Las alpargatas tradicionales se han sustituido modernamente por zapatillas deportivas o así. Es uniforme obligado desde 1960 aproximadamente. Los colores se devalúan, en especial el blanco, a lo largo del día y de los días. Si acude a la corrida en tendidos de sol, lleve además algo para cubrirse por lo menos la cabeza; pero será inútil porque le arrojarán de todo; vaya luego a cambiarse. Suele ser ropa que no se conserva (imposible) para el año siguiente.  
Pamplonica, vestirse de, (versión mínima): pañuelo ("pañuelico") rojo al cuello. Vestir menos sanfermineramente que eso será muy mal visto por los nativos, que le perdonarían exactamente cualquier otra vestimenta o falta de ella, siempre y cuando vaya usted con pañuelico.  
Parienta: dícese de sufrida cónyuge abandonada durante los sanfermines por temporalmente ilocalizable y muy irresponsable marido que, de encontrarlo por la calle, incluso niega conocerla. Comienza a verse al revés, esto es, sufrido cónyuge abandonado, etc.  
Pastores: alejarse de ellos. En el encierro, provistos de largos palos, golpean con ganas a los toros (para mejorar su carrera y especialmente si retroceden) y a los inconscientes que les citan (a los toros). Por ambos motivos, tenerlos lejos.  
Pata: no de mueble, sino individuo que acaba de hacer algo sin gracia. P.ej., de los que merecen ser golpeados por los pastores (ver) durante el encierro, por citar a los toros.  
Peña (gente; grupo organizado, con nombre y local propio). Es la esencia de los sanfermines; actualmente faltas de relevo generacional, lo que será pronto un problema.  
Periódico (diario; siempre, local). Muy enrollado, se le descubren nuevas utilidades, singularmente dos, en la calle ambas, ante cierta figura de San Fermín, ser enarbolado por los mozos que van a correr, y cantan, "a San Fermín pedimos ... nos guíe en el encierro ... " La segunda utilidad es acto seguido, durante el mismo encierro, para despistar con él cualquier toro que con malas intenciones se dirija hacia uno.  
Plaza de toros de Pamplona: (la Monumental) la tercera mayor del mundo. Uno de los centros de la fiesta (final de los encierros; corridas; peñas...). Enormidad vacía el resto del año.
Pobre de mí: decirlo exclusivamente cuando se han acabado las fiestas (en torno a las 12 de la medianoche del día 14 de julio). Acto seguido, alegrarse que ya falte menos para los sanfermines del año siguiente. Acompañarse fúnebremente, con velitas encendidas, y triste o resacoso aspecto. Después de las 12 h de la medianoche, quitarse el pañuelico. 
Población: muchísima. La densidad en el Casco Antiguo de Pamplona puede ser entonces de cien o doscientos mil habitantes por kilómetro cuadrado festivo (parte antigua y cercanías, apenas dos kilómetros cuadrados). Debe ser récord mundial, destacando los siguientes eventos: txupinazo, callejón, encierro (ver).  
Precio, precios: imposibles (en hostelería, alojamientos). Suben en Sanfermines para apenas bajar después. Suelen ser variables, más altos para los extranjeros. Hacerse pasar por indígena no suele colar ni generalmente, tomarse en consideración.  
Redín, murallas en general: peligroso lugar si uno piensa dormir, borracho, en su cima. Casi todos los años hay caídas mortales. Especialmente peligrosas, las de El Redín.  
Resaca: horrible situación que incluye dolores por todo el cuerpo y promesas de no reincidir, que llega sin remedio tras una excesiva ingesta de alcohol. Frecuente en estas fechas. En extranjeros (ver) suele tener más atroces características, por inapropiada mezcla de ingredientes, mala dosificación o ambas cosas, que es lo propio.  
Reventa: de las entradas (ver) a corridas de toros. Caras y prohibidísimas, pero situadas exactamente enfrente de las taquillas de la plaza de toros, usted, dirigiéndose a quien tenga cara de revendedor (es infalible) quizá pueda conseguir entradas a mal precio. La plaza de toros está siempre llena y más de lo que se imagina; las entradas, siempre reservadas desde hace muchos años y solo se ponen a la venta en taquilla las pocas reservas anuladas, que compran los revendedores para su negocio.
¡Riau riau ! acto, ahora no celebrado, consistente en impedir todo movimiento a los ediles de Pamplona en su breve recorrido desde el Ayuntamiento hasta la capilla de San Fermín. Durante la procesión (día 6 de Julio) las peñas se interponían provocando que el Vals de Astrain, única música del acto, se repitiera centenares de veces, coreado cada final con el grito ¡riau-riau! otras tantas veces. Del acto, que en sus últimas ediciones duraba casi cinco horas, los más dañados resultaban ser los músicos, por las repeticiones; los policías municipales, por tener que interponerse entre el gentío y los ediles a la par que intentaban el avance de la procesión; y los ediles, por completo aburrimiento y parálisis postural.  
Robos: muchísimos, en domicilios y por las calles. Atención a los grupos de carteristas y chorizos (ver) en general. Estos y ladrones, casi todos importados y escasos el resto del año.
¡¡Sanfermín, sanfermín!!: repetido colectivamente (y por pares), viene a ser una llamada al orden (al desorden) cuando hay un conflicto (p.ej., una reyerta) los paseantes gritan eso, suponiendo efectos pacificadores milagrosos. Variante: capote de San Fermín, se dice cuando alguien se salva de alguna situación taurina comprometida (en el encierro, generalmente). Supone la intervención del Santo, al quite. 
Sandalias: abstenerse. Mucha suciedad y cristales (rotos, de bebidas) por doquier
Terrazas (de los bares de la Plaza del Castillo). Lugar de sistemático atraco a los clientes. Los nativos se abstienen durante los sanfermines. Para colmo, debe vigilar los cambios.  
Tendido de sol: lugar de la Plaza de toros donde pega el sol especialmente; donde se colocan las peñas y gente joven en general; donde uno se entera medianamente de la corrida; donde se merienda espléndidamente a partir del tercer toro; donde uno sale en un estado de suciedad inimaginable.  
Toro: Queda bien decir "ya no hay toros como antes".  
Toro, feria del: la específica programación taurina durante los sanfermines, algo más amplia en fechas; la denominación viene del cuidado en elegir los bichos, cosa que no facilita la contratación de algunos toreros.  
Txaranga: banda de música, usualmente la de cada peña (ver).
Txorizos: (chorizos) el de Pamplona ante todo (comer). El otro sentido de la palabra es ladrones, muchos durante sanfermines (evitar).  
Txupinazo (chupinazo): el cohete anunciador de los Sanfermines, que se lanza el 6 de Julio a las 12 horas, desde el Ayuntamiento. En la Plaza se obtiene la mayor aglomeración imaginable de asistentes, abundantes personas por metro cuadrado, que suelen terminar pringados cual en el tendido de sol (ver tendido de sol). Televisado por el mundo y, para descongestionar el acto, también en grandes pantallas colocadas en zonas limítrofes. Reciente (1941) aunque muy arraigada tradición, sin embargo.
Vals de Astrain: no Vals pero sí una muy conocida pieza sanferminera; viene a ser, sin serlo, el himno oficial en actos oficiales. También llamada Alegría de Iruña (el nombre vasco de Pamplona), es del año 1883.  
Villavesa: nombre popular de los autobuses urbanos (el primero creado llegaba hasta Villava, de ahí la denominación). Encierro de la villavesa es el que, desde hace pocos años, hacen los inconsolables el día 15, ya fuera de los Sanfermines, siguiendo a un autobús que realiza aproximadamente el mismo recorrido que el encierro y a su misma hora.  
Víspera de Sanfermines: el resto del año: días sin interés. En sentido restringido y puesto en singular o plural, el día 6 de Julio.  
Zetas, las tres; ZZZ es marca de bota (recipiente de bebida) típica de Pamplona. Antes para llevar sólo vino, actualmente soporta cualquier contenido (líquido, queremos decir).
Zurracapote: bebida local, mezcla de vino tinto, naranja, limón y alcoholes diversos, con trozos de frutas. Variables dosis de cada componente, el resultado, todavía líquido, siempre es de cierto peso (ver alcohol; kalimotxo) y consecuencias (ver resaca).

 Si habéis llegado hasta aquí, muchas gracias