De mi para vosotros
Felicitaciones recibidas, cariños que las acompañan, amistad
bloguera, alegría tanta que rebosa,
Gracias a todos y en ellas van mis mejores deseos de paz y
concordia, de felicidad y alegría.
En este espacio un poco más personal guardaré, los mimos y carantoñas, los premios y felicitaciones, las ideas y las no ideas. Un batiburrillo que trataré de mantener ordenado
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El edificio pertenece al gótico civil valenciano, ocupa una superficie de 2.000 metros cuadrados, antes en este lugar a finales del siglo XIII, se levantaba la antigua Lonja, pero el nuevo reino creado por Jaime I, hizo que la ciudad decidiera iniciar la construcción de la actual Lonja, más acorde con las necesidades por el dinamismo que iba adquiriendo la ciudad.
La construcción del edificio duró más de 60 años. El Consejo de la Ciudad adquirió 25 casas para derribarlas y ganar espacio para el nuevo edificio, y la primera piedra se colocó en 1482, el ingeniero y arquitecto Pere Compte no pudo ver su obra terminada, tras su muerte otros maestros se hicieron cargo y en 1548 se dio por terminado el edificio.
“-a modo de amarras de barco o madejas de seda- que, como palmeras mediterráneas, se abren al llegar al techo para convertirse en las nervaduras de las bóvedas, en su tiempo pintadas de azul con estrellas de pan de oro”.
El pavimento está formado por piezas de mármol negro, blanco y de color canela, que se unen en algunos puntos para formar estrellas de seis puntas rodeadas de cuadrados. A 11 metros de altura, una cenefa con letras pintadas en dorado recuerda a los comerciantes los deberes de todo mercader cristiano, “…Compatricios, comprobad y ved, cuán bueno es el comercio que no lleva el fraude en la palabra, que jura al prójimo y no le falta, que no de su dinero con usura…"
En su planta baja se encuentra un salón que albergó el famoso tribunal de comercio. El Consulat conserva un espléndido artesonado de madera policromada y esculpida, procedente de la desaparecida Casa de la
Ciudad, y un gran lienzo de Espinosa, de 1662, preside la sala.
Salón DoradoEl Tribunal del Consolat del Mar fue una antiquísima institución valenciana que desde el siglo XIII se ocupó de los asuntos marítimos y mercantiles, recogidos desde 1407 en un Códice, el Llibre del Consolat del Mar, valioso incunable del Archivo Municipal de Valencia.
El monumental edificio tiene en todos sus elementos un marcado carácter simbólico, vemos la representación del paraíso si nos imaginamos que las columnas representan árboles y las cúpulas la bóveda celeste.Podemos contemplar una gran variedad de representaciones heráldicas de la ciudad de Valencia (presente también en otros edificios)
El edificio se asemeja a los castillos medievales por el aspecto de fortaleza y sus almenas, está construido en piedra calcárea, se pueden apreciar 28 gárgolas góticas, con alegoría a figuras fantásticas, monstruosas o satíricas, que han generado multitud de debates sobre sus enigmáticos simbolismos. Los ventanales ojivales, molduras, pináculos y capiteles profusamente floridos, y con figuras esculpidas de temas profanos, que según se dice guardan un misterio que quiso imprimirles el maestro cantero.Siguiendo en el exterior y perteneciente al tercer cuerpo del edificio, el Consulado del Mar, y en la parte alta de la fachada recayente a la plaza del Mercado, se aprecia la galería corrida de arcos y los cuarenta medallones representando el busto de emperadores romanos y personajes ilustres. Es un edificio muy bello, sito en la histórica Plaza del Mercado, integra un rincón con gran valor arquitectónico del casco antiguo de Valencia, configurado con su función mercantil desde la época medieval. Enfrente está situada la iglesia de los Santos Juanes antiguamente era una mezquita, aderezada espléndidamente por el barroco valenciano y declarada Monumento Histórico Artístico Nacional en el año 1947. Y el no menos impresionante Mercado Central -con sus cúpulas de hierro, vidrio y cerámica- uno de los edificios más destacados del Modernismo Valenciano, que mantiene su función comercial, como una de las superficies de alimentos frescos más grande de Europa.
La pujanza económica y cultural de Valencia de la época capitaneaba el liderazgo de la Corona de Aragón por todo el Mediterráneo. Y nació la necesidad de ampliar la antigua Lonja.
La justificación de un edificio de tal envergadura, destinado a la realización de transacciones mercantiles relacionadas con el próspero comercio de la ciudad en el siglo XV, se debe a que la ciudad no se vio afectada por los problemas políticos que si tenían Cataluña y Aragón. Momento en que predominó un papel muy importante la naciente burguesía urbana.
En ese periodo Valencia fue puerto de Castilla, y mantuvo relaciones comerciales con ciudades francesas, italianas, y del norte de África. La moneda del Reino de Valencia se hizo fuerte y la ciudad se desarrolló cultural, artísticamente y por supuesto económicamente.
Esa época dejó tambien magníficas obras civiles: Torres de Quart, Palacio de La Generalidad Valenciana, La cúpula de La Catedral…
La Lonja de Mercaderes, también se la conoce como Lonja de la Seda y deriva del hecho que el tejido de seda era desde el siglo XIV al siglo XVIII la industria más potente de la ciudad, numerosos sederos locales (293 maestros censados en 1487), muchos de ellos judíos y luego conversos, acabaron agrupándose en la «cofradía de la Virgen de la Misericordia».
Durante la segunda mitad del XVIII fue el momento de máximo esplendor: veinticinco mil personas se dedicaban a la industria de la seda en la ciudad, que contaba con más de tres mil telares.
La Lonja fue, nombrado Monumento Nacional desde el año 1931, y la Unesco declaró la Lonja de la Seda Patrimonio de la Humanidad el 5 de diciembre de 1996, como «ejemplo totalmente excepcional de un edificio secular en estilo gótico tardío, que ilustra de manera espléndida el poder y la riqueza de una de las grandes ciudades mercantiles del Mediterráneo», siendo considerada como uno de los más brillantes ejemplos del gótico civil europeo. Las fachadas rectangulares de piedra picada, los suntuosos medallones renacentistas, las artísticas esculturas y gárgolas, las perfectas proporciones de las puertas y ventanas, de los escudos y de los merlones, recuerdan el esplendor del gótico tardío valenciano.
Mencion aparte merecen las gárgolas de la lonja y las de Valencia, otro dia las visitaremos.