Ya hablamos de la mosca
del cuadro “VIRGEN DE LA MOSCA” aquí y ya comentamos que había más moscas, hoy
seguimos y empezamos con una historia:
Del antiguo pintor griego Zeuxis solo tenemos
referencias literarias, Plinio el Viejo nos cuenta que estando siempre
disputando sus talentos el maestro y su rival Parrasio, decidieron mostrar
al juicio de extraños una tabla cada uno, Zeuxis representó a un muchacho
llevando una cesta de uvas en la cabeza y ocurrió que varias moscas se acercaron para intentar
picotear las uvas de la tabla, ufano de la sorpresa causada pidió a Parrasio que
retirara la cortina que cubría su tabla, este mostró que no había tal cortina
que era una cortina pintada. Zeuxis engañó a los pájaros, Parrasio
engañó a Azeuxis.
Zeuxis pintando a un joven con uvas
Detalle de un mural (Gallery of the History of
Ancient Painting. Museo Hermitage)
Como contamos cosas de muy antiguo no me acuerdo bien y
recurro a quienes las escribieron, Giorgio Vasari (1511 - 1574) quié acuñó el
término Renacimiento, cuenta en "Vidas de los más
excelentes pintores, escultores y arquitectos italianos, de Cimabue a nuestros
tiempos” que las primeras muscae
depictae en la pintura parece que fueron obra de Giotto di Bondone (1266 ó
1267 - 1337) quien a los 11 años ya demostró un gran talento y el maestro Giovanni
Cimabue lo acogió como su aprendiz, con el tiempo perfeccionó su
modo de crear al punto de que
Dante Alighieri (1265 - 1321) en la Divina Comedia afirmara de
él que llegó a ser superior a su maestro.
La mosca de Giotto:
Siendo aun joven pintó una mosca en la nariz de la figura en la que su maestro
Cimbaúe estaba trabajando, una mosca tan natural, que cuando volvió el maestro
para continuar su obra, varias veces intentó espantarla con la mano, pensando
que era de verdad, hasta que advirtió su error.
A partir del Renacimiento es corriente encontrar moscas en
las pinturas, tratando de confundir al espectador o intentando dar más realismo
a la obra o espantar a las moscas verdaderas para que no se posaran en la
pintura sin secar; y en los bodegones evoca la corrupción, es decir, el
carácter de fragilidad de la existencia humana en este mundo; en cuadros
de temática religiosa o en retratos con intención moralizante representa
la caracterización simbólica como representación del demonio Beelzebú.
La mosca en la pintura tiene su lugar, historia e
interpretaciones.
Por otro lado la mosca es un insecto cotidiano, uno de
los más presentes en nuestra vida, casi siempre hay una o varias a
nuestro alrededor.
La mosca de Petrus Christus (entre 1410 y 1420 - 1473) posada
en el marco falso del fabuloso Retrato de un Cartujo.
Detalle
La mosca de
Maestro de Frankfurt (siglos XV - XVI) en la cofia blanca
del Autorretrato con su esposa
Retrato
doble del Maestro y su esposa Ginebra (colección particular)
Otra mosca (1) en una tarjetita sobre la
mesa donde trabaja Luca Paccioli (1445 - circa 1517) en el famosísimo
cuadro Retrato de fra Luca Pacioli y su estudiante, atribuido a Jacopo
de Barbari (circa 1445 - circa 1515). Museo di Capodimonte, Nápoles.
Luca Pacioli demostrando uno de los
teoremas de Euclides (Jacopo de'Barbari, 1495)
(1) Vemos en la esquina superior a la derecha del matemático, un detalle que sorprende, un rombicuboctaedro medio lleno de agua. Según los expertos, simboliza la pureza y la intemporalidad de las matemáticas. Pacioli (padre de la contabilidad moderna) está demostrando uno de los teoremas de Euclides. Este cuadro por la característica del matemático y su toma de hábitos, por las dudas sobre su autor o autores, por el desconocimiento sobre la identidad del estudiante, por terminar de averiguar lo que pone en la tarjeta y que la mosca tapa, por varias razones más merece una entrada en solitario.
En el pecho del Nazareno del Cristo en el Sepulcro de Giovanni
Santi (1435 - 1494), una mosca bien grande.
Cristo sostenido por dos
ángeles, Museum of Fine Arts, Budapest
Mosca en la calavera de Barthel (Bartholomäus) Bruyn (1493 - 1555):
Museo Kroller Muller
Dos moscas, una en un rincón del mantelito donde reposa una
hogaza de pan negro, otra sobre un trozo de queso en El Pago, de Lucas
Cranach el Viejo (1472 - 1553).
Una mosca en el
dintel de la ventana de: Un Jarrón
con flores ante una ventana de Ambrosius Bosschaert el Viejo (1573
- 1621).
No una, dos moscas en el melón de: Niños comiendo fruta de Bartolome
Esteban Murillo (1617 - 1682).
Bartolomé Esteban Murillo: Niños
comiendo melón y uvas, 1650.
Alte Pinakothek, Munich, Alemania.
Otras moscas de las muchas que se pintaron:
Retrato de una mujer de la
familia Hofer de Swabian
Benedetto Pagni. Pie san sebastian
Roberto Mollá
Las anécdotas referidas aparecen tal cual en diferentes
escritos, en otros y sobre el mismo hecho cuentan la anécdota de otra manera,
pero había que elegir y he optado por las más plausibles.
En fotografía el taiwanés
Yung Cheng Lin, artista contemporáneo, pone moscas en sus series Rituals, Skin,
Différance y Tag, ente otras.
“No hay explicación para mis imágenes porque quiero que hayan diferentes y variadas interpretaciones, y me gustaría ver cuáles son“. Tal vez la mosca este ahí para acentuar el realismo ya plasmado en sus fotografías y darle un sentido de cotidianidad.
“No hay explicación para mis imágenes porque quiero que hayan diferentes y variadas interpretaciones, y me gustaría ver cuáles son“. Tal vez la mosca este ahí para acentuar el realismo ya plasmado en sus fotografías y darle un sentido de cotidianidad.