y Maricarmen apuntó que ya le tocaría otro día al
cojín, pues aquí está, a mí con que uno me diga ole me arranco. (Con retraso lo
admito)
EMPEZAMOS:
Como el abanico la historia del cojín se remonta a la antigua China y a la tradición espiritual del budismo, 2500 años atrás Buda usaba un cojín redondo llamado ZAFU (‘Za’ significa asiento y ‘fu’ espadaña).
Su función primera era puramente funcional proporcionando
comodidad y suavidad, en la Edad media se podía ver en palacios y casa de lujo,
los había de diferentes materiales y los de piel podían ser muy altos, hay
datos y menciones en distintos libros y pinturas.
Los musulmanes, en oriente medio, utilizaban los cojines
para sentarse y fumar sus pipas de agua (Shisha),
los emplean también como elemento decorativo y a ellos debemos la palabra almohada.
Los egipcios también les dieron un uso funcional cuando tenían lugar grandes fiestas, los invitados se sentaban sobre taburetes cubiertos de cojines.
Durante muchos siglos, los cojines también
fueron utilizados y concebidos como signo de debilidad, se utilizaron para que
la gente enferma mayoritariamente del aparato respiratorio, pudiera dormir sin
que la mucosidad bloqueara las vías respiratorias y de esta manera poder sanar
antes, claro está, como ya hemos comentado, que dichos cojines solo eran un
privilegio de la alta sociedad de la época.
En épocas más cercanas fueron utilizados como asientos en
todos los acontecimientos en Francia y España, en siglos XVIII o XIX y cuanto más
adornados y con mejores materiales se fabricaban, mejor era la casa o e dueño
que los poseía.
Nos vamos a referir a la palabra cojín, su origen proviene
del latín vulgar coxium. Ésta
palabra a su vez deriva de coxa, que servía para hacer referencia a
la cadera. De ahí se deduce la utilización de los cojines como apoyo a la hora
de sentarse.
El cojín, según su definición en la Real Academia de la
lengua Española es un ‘almohadón que sirve para sentarse, arrodillarse o apoyar
en el cómodamente alguna parte del cuerpo’. Y obviamente, un almohadón es una almohada
grande. La palabra almohada proviene del árabe hispánico almuẖádda. Y este término
deriva de la palabra khadd que significa mejilla. En última
instancia, por lo tanto, hablamos de un elemento para apoyar la mejilla.
Normalmente los cojines se rellenan con lana,
pelo, pluma, fibra de poliéster, tejido sin tejer, o incluso papel rasgado en
fragmentos, los zafu se pueden rellenar de semillas.
Un paseo por diferentes culturas:
Los cojines en Mesopotamia, ¿los más antiguos?
Mesopotamia es hoy Iraq y hace cerca de 10.000 años ya los usaban claro que
nada que ver con los de ahora, entonces eran de piedra y la función distinta a
la actual, se trataba simplemente de evitar que los bichos del suelo no
llegasen a la boca y a la nariz del que estaba tumbado.
Incluso en la Biblia hay una referencia a
una almohada de piedra. En concreto, en el Génesis se habla de cómo Jacob
durmió sobre una piedra y cómo esta se fue guardada como una piedra
sagrada.
Mucho más moderna es la canción: “La cama de piedra” de
Miguel Aceves Mejía, De piedra ha de ser la cama,
de piedra la cabecera…
Los cojines en Egipto, ellos modificaron los apoyos para
la cabeza y pasaron a ser de madera (mucho menos incomodo), eran un privilegio
para las clases sociales altas, ellos daban mucha importancia a la cabeza y la
relacionaban con supersticiones tanto en vida como después de la muerte.
Parece que se han encontrado esas cabeceras en tumbas de
faraones.
Los egipcios con los años mejoraron estos artilugios
hasta convertirlos en algo muy parecido a lo que conocemos hoy como cojín
Los cojines en el Budismo, ya hemos comentado que se asocia el uso de los cojines al
Budismo. Todos hemos visto alguna vez una imagen de un budista sentado con
las piernas cruzadas sobre un cojín.
Todavía hoy se
utilizan ese tipo de cojines en la meditación del Budismo y otras
religiones. En concreto, los practicantes de la filosofía Zen (rama
del Budismo) o del Yoga también usan unos cojines llamados Zafuton que son una
variante del Zafu.
Dice la leyenda que el zafu lo inventó Buda
cuando se fabricó un cojín de hierbas secas sobre el que sentarse cómodamente a
meditar. En realidad, el origen del zafu está en China, de donde pasó
a Japón.
Los cojines en China, en China también se han usado almohadas y cojines desde
tiempos inmemoriales. En un principio este tipo de apoyos para la cabeza
estaban hechos de materiales duros por una razón de superstición. Creían
que, si se apoyaba la cabeza en materiales blandos, estos no podrían espantar
a los demonios, fantasmas y espíritus, llegaron a fabricarlos de porcelana (imposible la guerra de alñmohadas) todo un arte.
Se siguieron fabricando hasta el siglo XV, conviviendo ya con otros materiales más blandos parecidos a los que usamos hoy.
Los cojines en Japón, también seguían la costumbre asiática de
utilizar materiales duros para apoyar sus cabezas; las geishas descansaban
sus cabezas sobre unos pequeños alzadores de madera (llamados Takamura).
Estos estaban especialmente diseñados para que los elaborados peinados de éstas
mujeres no se deshiciesen durante su descanso. Al final, los japoneses
decidieron evolucionar hacia otros materiales más agradables al tacto, como por
ejemplo cojines rellenos de cáscaras de cereales.
Se siguieron fabricando hasta el siglo XV, conviviendo ya con otros materiales más blandos parecidos a los que usamos hoy.
Los cojines en la antigua Grecia y Roma,
Los griegos y romanos no iban a ser menos que las demás
civilizaciones y también comenzaron a usar cojines y almohadas. En este caso sí
que utilizaban materiales más blandos como paja o plumas. Además, empezaron a
dar importancia al aspecto estético, elaborando bonitos bordados y dibujos que decoraban sus salones donde la gente se acomodaba.
Equipaban los lechos donde se tumbaban a comer concojines, almohadas y colchas
Equipaban los lechos donde se tumbaban a comer concojines, almohadas y colchas
Los cojines en Europa, los cojines más parecidos a los de hoy en día se
extendieron por toda Europa en la Edad Media. Se utilizaban muy a menudo como
elemento para completar los muebles. Vemos cojines preciosos en pinturas y
museos/palacio, incluso se mencionan en obras literarias.
Fue en los primeros compases de la Edad Media cuando su uso estaba tan
asociado a personas enfermas que en algunos círculos, utilizar un cojín se
asociaba a ser débil. Y tal vez por este tipo de creencias Enrique VIII
ordenó la prohibición total del uso de cojines con la excepción de las
embarazadas.
Especialmente importante fue el uso de los cojines en países
como España o Francia durante los siglos XVIII y XIX. Se utilizaban
como asientos ‘especiales’ en toda clase de ceremonias y eventos de las
instituciones más altas del estado. Desde bodas reales, pasando por
coronaciones, hasta en reuniones de la alta sociedad. Su utilización estaba
muchas veces asociada a la iglesia y en algún caso llegó a regularse con leyes
de la época.
Durante la revolución industrial, el uso de los cojines
pasó de estar limitado a las clases altas a extenderse entre clases más populares.
Esto es debido a que se comenzaron a fabricar en grandes cantidades, cosa que
hasta entonces no fue posible. Hasta ese momento había habido problemas de
manufactura relativos a las telas, las tintas y los hilos con los que se hacían
las fundas.
En la actualidad su uso de almohadones además de en la cama
y la decoración se extiende a la lactancia materna que facilita la pose y sujeción
del bebe.
Y la almohada puede ser un arma si pensamos en las películas que la emplean para asfixiar, las hay circulares para conductores impenitentes, la variedad es sorprendente.
Tenemos una gran variedad y para todos los gustos. Me ha encantado este recorrido sobre el nacimiento del cojín, mi preciosa Ester.
ResponderEliminarYo utilizo para el yoga uno en forma de media luna muy consistente para mantener la cadera más elevada que las rodillas. Me he acostumbrado a usarlo para otros menesteres ya que me encanta estar sentada sobre el suelo.
Mil besitos Muy mullidos Para ti ❤️
Son utiles y decorativos, hay mil formas, telas y colores, tengo uno que suelo ponerme entre las rodillas cuando duermo y me resulta comodo. Y hay uno muy grande que me está esperando en cuanto termine de mandaros abrazos y cariños, el colchon jejeje
EliminarDesde luego son preciosos además de funcionales, me gustan mucho porque para la espalda vienen de lujo reconfortarse en ella ..
ResponderEliminarLa historia que nos cuentas es muy interesante así pues que nos has dejado con una muy buena información ..Gracias por todo , por cierto anoche vi tu respuesta y los chistes que me dejaste son una pasada ajjaja y de momento prefiero que seas tu la que hagas estos juegos , prefiero jugar..gracias guapetona y el abanico has visto ha saludo bueno ajajjaja besos.
Lo que ha dado de si el abanico, y es cierto lo que cuento es el causante de esta entrada, un protagonista silencioso. Me gustan mucho los cojines, tengo varios encima de la cama y hay que quitar y poner cada día pero me gustan, mas que los chiste jejeje. Un abrazo enorme y blandito
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